Sería el año 2008 o 2009. Cursaba tercero de ESO en el Colegio Salesiano de La Orotava, cuya historia está ligada al Club Baloncesto San Isidro.

Como cada día, mis compañeros y yo estábamos en el patio de recreo de arriba, donde están las canchas de baloncesto donde juegan las categorías inferiores del ‘Sani’. En ese momento, pasó un chico camino al gimnasio que se encuentra en el colegio, y que mi amigo Lucas identificó rápidamente: “Se llama Richotti, y el otro día se pegó un partidazo”. Fue la primera vez que vi a Nico.

Al año siguiente pude seguirlo en su paso por el filial del Real Madrid. El canal de televisión del club blanco ayudó bastante. Su forma de jugar y la energía que derrochaba en la pista hicieron que cada vez que podía, veía sus partidos.

Y en este punto comenzó la historia de nuestro capitán. Año 2010, y tras superar un periodo de prueba, se incorpora a un Canarias mermado por la lesión de Jaime Heras.

Con este artículo no pretendo hacer un recorrido exhaustivo por la carrera de Richotti, todas y todos la conocemos: a nivel profesional, Canarias, Fuenlabrada, Palencia y Njarðvík, sin olvidar sus participaciones con la selección de Argentina. Quiero que estas líneas sirvan como un reconocimiento de la afición del Canarias a nuestro número cinco, a nuestro capitán.

Nico se retira tras haber dejado todo en la pista. Capitán de la primera Basketball Champions League e Intercontinental, ambos títulos conseguidos en el año 2017, los recuerdos que deja Richotti en el club lagunero son muchísimos. No obstante, de todos ellos me quedo sin lugar a duda con la conexión del argentino con los aficionados. Ese sentimiento vale más que cualquier competición.

El jugador que mejor ha entendido el sentimiento aurinegro se retira, pero ahí queda su legado. Llegó a prueba al equipo y por méritos propios, su camiseta terminará en lo más alto del Santiago Martín. Ahora toca disfrutar de esta nueva etapa, ligada al club de tus amores del que nunca te debieron sacar. Gracias Nico por tu canarismo. Eternamente agradecidos.